SEMANA SANTA EN LURÍN

El sureño y antiguo pueblo de San Pedro de Lurín, hoy casi conurbado en la frontera sur de la metrópoli limeña, posee una muy interesante y solemne Semana Santa, fundamentalmente en su procesión del Viernes Santo, de mucho sabor típico y encanto pueblerino. Sus procesiones son organizadas por las hermandades y cofradías que tienen a su cargo el culto a las distintas imágenes pasionarias, dentro de las que destacan la Hermandad del Señor del Santo Sepulcro, la Hermandad del Señor de la Columna, la Hermandad del Señor Cautivo y la Hermandad del Señor de la Agonía.

Los cultos comienzan el Viernes de Dolores con la procesión de la Virgen Dolorosa, imagen antigua de vestir y articulada de brazos y cabeza para poder realizar ciertos movimientos durante la procesión del encuentro el Viernes Santo; esta imagen con la usual vestimenta blanca con manto negro, el cual es sostenido por un gracioso angelito, posee además un corazón con siete grandes espadas simbolizando los más importantes dolores de María Santísima y un resplandor de metal labrado. La Virgen Dolorosa procesiona en un anda que en años recientes ha adquirido un sencillo palio de tela negra. Esta imagen de la Dolorosa acompañará otras procesiones a lo largo de la Semana Santa de Lurín.

El Domingo de Ramos por la mañana sale la procesión del Señor del Triunfo, imagen antigua tallada en madera que se coloca al lomo de un asno presidiendo así la procesión de ramos alrededor de la plaza de armas de Lurín.

El Lunes Santo por la noche sale la procesión del Señor de la Agonía, imagen tallada en madera que representa a Cristo ya muerto en la cruz.

El Martes Santo igualmente por la noche sale la procesión del Señor Cautivo, que representa a Jesús en su prendimiento.

El Miércoles Santo se lleva a cabo la procesión del Señor de las Caídas, hermosa imagen que representa al Señor Jesús con la cruz a cuestas, caído sobre una rodilla bajo el peso de la misma y apoyado con su mano izquierda en un peñasco. Posee tres potencias de plata en la cabeza y viste generalmente túnica morada. Su anda es muy peculiar pues posee palio (lo cual no es común en las imágenes de Cristo sino en la Virgen), sostenido por cuatro columnas de madera, tal vez caso único en el Perú.

El Jueves Santo no salen procesiones y en la iglesia se arma el monumento eucarístico, el cual es custodiado toda la noche por los “penitentes”, totalmente vestidos de blanco y con capucha.

El Viernes Santo por la tarde la iglesia de San Pedro de Lurín, actualmente elevada a Catedral, rebosa de fieles que vienen a presenciar la ceremonia del Descendimiento, en la cual se desclava y desciende una imagen de Cristo crucificado que, por ser articulado de brazos, se convierte en Cristo Yacente. Esta emotiva ceremonia la realizan los llamados “santos varones” que vestidos blanco simbolizan a José de Arimatea y a los otros discípulos que piadosamente retiraron de la cruz el cuerpo muerto de Jesús en aquel primer Viernes Santo en Jerusalén para luego darle sepultura. Esta ceremonia se realiza hacia las cuatro o cinco de la tarde.

Luego del descendimiento la imagen del Cristo Yacente es colocada en su anda para dar inicio a la procesión del Viernes Santo, que sale de la iglesia ya cayendo la noche. Esta anda del Santo Sepulcro merece mención especial; resalta no solo por su tamaño sino también por su calidad artística y antigüedad, pues es un anda virreinal, muy probablemente del siglo XVIII. Sobre una plataforma rectangular escalonada se yergue la peana abierta que lleva la imagen del Cristo Yacente, tres filas concéntricas de candeleros de madera torneada y de distintos tamaños sirven para sostener los cirios que alumbran este paso, la peana abierta y sin urna va decorada con volutas, escudetes y diseños foliares, y en el borde superior otra fila de candeleros para velas y en las cuatro esquinas angelitos que portan los símbolos de la Pasión y custodiando el cuerpo del Salvador. Como nota curiosa debe mencionarse la presencia de dos niños que van sobre el anda y cuya función es la de ir prendiendo y despabilando los cirios durante la procesión. Esta procesión del Viernes Santo está compuesta por las andas del Señor Cautivo, el Señor de la Columna (hermosa imagen de Cristo atado a la columna y azotado que va sobre anda también tallada), el Señor de las Caídas, el Señor de la Agonía, el Santo Sepulcro o Cristo Yacente y la Virgen Dolorosa; además de las andas, también forman parte del cortejo procesional un “nazareno” con cruz a cuestas (penitente anónimo) y los santos varones.

Hay que hacer notar los esfuerzos de las hermandades para año a año sacar sus procesiones y recuperar la ceremonia del Descendimiento que se había suspendido, sin embargo los recientes repintes de las imágenes por manos inexpertas desmerecen la antigüedad y tradición de las mismas. Hay “cambios” o “mejoras” que deben evitarse.

El Domingo de Resurrección se da la procesión del Señor Resucitado y la Virgen Dolorosa, en la cual a esta última se la despoja de su manto negro para mostrar sus ropas blancas como símbolo de alegría por la resurrección de su Hijo.

Como se ha dicho líneas arriba esta Semana Santa de Lurín, y sobre todo la procesión del Viernes Santo, es de un gran valor espiritual y también turístico por ser una muestra de cultura viva y tradición a solo pocos minutos de la ciudad y que merecería ser declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación.

Agradecemos al hermano Mario Castillo Solís de la Hermandad del Santo Sepulcro de Lurín por la información y fotografías prestadas.